lunes, 1 de enero de 2018

¡60 años juntos y con la complicidad intacta! Pedro y Esperanza, mis abuelos paternos, se guiñan el ojo con una destreza que a cualquiera sorprendería. Un amor forjado desde el entendimiento y la aventura les impide envejecer al ritmo habitual. Al ritmo de los mortales, de nosotros los comunes.
Ayer lo celebramos, enérgicamente. Hubo emoción, mucha emoción, pero sobre todo realidad.

Feliz año.



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