¡60
años juntos y con la complicidad intacta! Pedro y Esperanza, mis abuelos paternos, se guiñan el ojo
con una destreza que a cualquiera sorprendería. Un amor forjado desde el
entendimiento y la aventura les impide envejecer al ritmo habitual. Al ritmo de
los mortales, de nosotros los comunes.
Ayer lo celebramos, enérgicamente. Hubo emoción, mucha emoción, pero sobre todo realidad.
Ayer lo celebramos, enérgicamente. Hubo emoción, mucha emoción, pero sobre todo realidad.
Feliz año.
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