[35] Es una gran tentación querer hacer explícito el
espíritu.
[57] Luchamos con el lenguaje.
Estamos
en lucha con el lenguaje.
[59] El pensador se parece mucho al delineante que
quiere marcar todas las conexiones.
[88] Con frecuencia, los filósofos son como niños
pequeños, que empiezan por hacer rayas caprichosas con su lápiz sobre un papel
y después preguntan a los adultos: «¿qué es?». Lo que sucedió fue esto: el
adulto le había dibujado muchas veces algo al niño y le había dicho: «esto es
un hombre», «esto es una casa», etc. Y ahora el niño pinta también rayas y
pregunta: «¿qué es esto?»
[202] Con frecuencia, decir la verdad es sólo un poco
más incómodo que decir una mentira; más o menos tan difícil como tomar café
amargo y no dulce; y sin embargo me inclino fuertemente a decir la mentira.
[217] Nuestras mayores tonterías pueden ser muy
sabias.
[241] Cuando el blanco se convierte en negro, algunos
hombres dicen: «En lo esencial sigue siendo igual.» Otros, en cambio, cuando el
color se oscurece un tanto dicen: «Ha cambiado por completo.»
[279] El hombre ve bien lo que tiene, pero no lo que
es. Lo que es puede decirse que es como su altura sobre el nivel del mar, que
por lo común no puede apreciarse sin más. Y la grandeza o pequeñez de una obra
depende de dónde esté «quien la hizo». También podría decirse: nunca es grande
quien se desconoce a sí mismo: quien se engaña.
[365] ¡No te intereses por aquello que,
supuestamente, sólo tú comprendes!
Wittgenstein, Ludwig, Aforismos.
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